Dirigir un equipo de animación siempre es un reto. Y cuando tienes que encargarte desde las contrataciones hasta dar feedback a los artistas, todo ello en remoto, entonces se convierte en una auténtica aventura.
Y gracias a formar parte de esta aventura he aprendido un montón de cosas sobre cómo sobrevivir a esta clase de situaciones. Y lo más importante, he podido profundizar en la parte más humana de una gran producción de animación.
Me gustaría contaros mi experiencia sobre cómo la comunicación con los artistas es la base de todo, y como aprendí a mantener un flujo de trabajo constante y directo a pesar de separarnos cientos, incluso miles de kilómetros.
Con una experiencia de más de 15 años en la industria de la animación, Christian ha trabajado con toda clase de directores y supervisores y tiene la gran fortuna de haber aprendido tanto de lo bueno, como de lo malo. La primera película en la que trabajó como animador fue Planet 51 y la última ha sido Super Mario Bros. Sin embargo, una de las que recuerda con más cariño es Mortadelo y Filemón con Javier Fesser.
Actualmente enfoca su carrera hacia la dirección y la supervisión, pero nunca deja de animar, porque es lo que mantiene a un artista conectado con su industria.
