La animación es arte e industria, por lo que entretiene, gusta y puede llegar a dar beneficios, esto ha dado pie a sistemas cada vez más complejos de realización, con innovaciones que dan resultados cada vez más espectaculares y que requieren de una especialización técnica y artística cada vez más exigente en la que uno no se puede permitir el quedar atrás si quiere seguir estando en el juego. Competir profesionalmente, como en todos los negocios, es difícil si no se tienen los medios, afortunadamente para nosotros, la animación es también algo mágico y eso, con los gestos y los componentes adecuados pueden cambiar a veces las normas, solo hay que dar con los magos, aprendices de brujo y la alquimia adecuada. Eso es lo que hemos hecho en Antaruxa, encontrar la fórmula.
Incentivos fiscales, una gran urbe, un estudio de diseño con ascensor eléctrico, juntas de accionistas con gente de más de tres apellidos, inversores potentes y cargos de tres letras, ayudan y mucho en el mundo de la animación, pero... vivir en una ciudad pequeña como Coruña, origen de Estrella Galicia, barata para vivir, cerca del mar, con una calidad de vida brutal, buenas comidas, buen clima, con Mundos Digitales, con una universidad implicada y con una bagaje constante en animación desde hace 20 años que nos nutre en poder tener un equipo constante, que mezcla los que más tiempo llevan, con los que empiezan con energía, y que además todo ese equipo demuestre que cualquier proyecto con los medios económicos adecuados es posible, no solo ayuda, sino que hace posible que existamos. Del supuesto reto que ha sido, de lo que hacemos, de la animación y de los diversos conjuros que conocemos, además del de la queimada, es de lo que hablaremos a quien quiera escucharnos.